domingo, 20 de junio de 2010

''Uma viagem peculiar''

Era un ''domingo familiar''. Todo empezó cuando la familia Benítez - Honrado se dispuso a marchar al país vecino: Portugal. Obviamente, mi hermana y yo, los gansos de la familia, empezamos a remedar a los portugueses, más concretamente, su acento. Yo me hacía el interesante, ya sabéis, cuando a vuestro hermano pequeño le decis que sabéis acerca de algo sin tener ni pajolera idea. Ella me decía: ''Joaquín, ¿cómo se dice ''quiero ver a Cristiano Ronaldo''?, a lo que le respondía con cara de interesante: ''Eu quieru veu a Cgggistiano Gonaudo'' mientras mi hermana asentía con la cabeza como diciendo: ''¡uf!, lo que sabe mi hermano''.

Pues bien, llegamos a un municipio portugués llamado Portoalegre. Dispuestos a comprar compulsivamente empezamos a dar vueltas por alli tras comer un delicioso pollo asado. Finiquitadas las compras, cogemos el coche y aquí os contaré el meollo del viaje, el por qué he decidido dedicarle a este viaje, en principio insignificante, una entrada en el blog:

Íbamos por la carretera con el coche, en teoría tranquilos, cuando de repente aparece un fornido policía con una señal indicándonos que nos apartásemos a un lado. El policía parecía salido de ''Cuéntame cómo pasó'' debido a su aspecto antiguo, con esas gafas de culo de vaso, ese peinado acartonado hacia un lado, etc, etc.

Se asoma a la ventana del coche y dice: ''Pur favor, documentaçao'' a lo que responde mi padre muy campechano: ''sí, tome, aquí está''. El policía portugués se queda mirando los papeles unos 5 minutos de reloj para acabar diciendo: ''Fale, eustá tudo en guegla''. Nosotros pensamos que tras pronunciar aquellas palabras podíamos ir en paz hasta que dijo: ''La felochidad máxima pegmitida en echta caguetega es de 90 km/h y usted iba a mais''. ''¡Mierda!'', pensé, ''otro rato en el país de los bigotes femeninos...''

El Estado Portugués tuvo en su día la brillante idea de sacar una ley por la cual debíamos pagar las multas en efectivo y al momento, por lo tanto, mi padre bajó del coche, se dirigió al coche policía y se quedó hablando con el policía un buen rato. Nosotros estábamos asustados, nunca nos había pasado algo semejante pero, de repente, vemos a mi padre reír, bueno, ¡qué coño reír!, se estaba descojonando con el policía. Entonces me tranquilicé ¡un pocoooo! y pensé con coherencia: si se está riendo no creo que pase nada malo. ¿Nada malo?: 120€ de multa y mi padre se reía porque acabó hablando con un policía portugués del Mundial de Fútbol.

MORALEJA: CREEMOS QUE PORTUGAL ES UN LUGAR INHÓSPITO DE MUJERES BARBUDAS PERO, AUNQUE PAREZCA INCREÍBLE, ES UN PARAÍSO FISCAL DESCONOCIDO


Ropa en Portugal: 350€
Comida en Portugal: 50€
Multa por exceso de velocidad en Portugal: 120€

....

Acabar hablando de fútbol con un policía portugués tras pagar una multa NO TIENE PRECIO


Atentamente, Kily Tosde Más.

3 comentarios:

  1. Jajajaja
    Me he reido mucho con la entrada:) Si es que... Anda que tu padre si que sabe verle el lado positivo a las cosas:)

    Besitos!!

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  2. jajaja
    Es que a mi padre le gusta mucho llevarse bien con la gente, ¡hasta con los policías portugueses!
    Pero luego no me deja apuntarme a la autoescuela ¬¬

    Un abrazo!! =)

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  3. Pues eso mu mal, eh? Que luego cuando seas una mierda al volante como yo ya verás, jajajaja

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